El Principito es considerada la mejor obra escrita en francés del Siglo XX
El Principito es considerado una obra filosófica sobre la naturaleza humana.
Su filosofía viene del propio planeta de Saint-Exupéry, de las experiencias que tuvo como piloto y que lo pusieron en el límite mismo de la vida. Nos explica con metáforas y frases para la historia que “caminando en línea recta no se llega muy lejos”, “que es mucho más difícil juzgarse a uno mismo que juzgar a los demás pero que si logras lo primero serás un verdadero sabio” y que “hay que soportar más de tres orugas para conocer a las mariposas”.
El Principito es considerada la mejor obra escrita en francés del Siglo XX. Pocos saben que fue escrita por Saint-Exupéry en Nueva York –en el East Side de Manhattan- después de abandonar Francia en 1940 cuando Alemania la derrotó.
Poco antes de unirse al escuadrón en África del Norte, Saint-Exupéry le dio el manuscrito de El Principito a su amiga Silvia Hamilton Reinhart. Se sabe que parte de la obra la escribió en su casa de Nueva York en Park Avenue.
Hoy el manuscrito se encuentra en la Biblioteca Pierpont Morgan de Nueva York.
En el manuscrito se encuentran otros dos episodios que se eliminaron de la edición; una reunión con un comerciante que le explica lo que es la mercadotecnia y una conversación con un inversionista que tiene una máquina con un botón que, al presionar, solucionará cualquier necesidad. En el borrador se leen lugares como Long Island y Rockefeller Center.
También hay un final alternativo en el que el narrador reflexiona sobre lo que pasó con El Principito después de que abandonó la Tierra. “Una versión abierta, melancólica y misteriosa que deja en el lector la forma de concluir y sentir el final del viaje del principito”.
Las raíces de los “Baobabs” destrozan todo lo que las rodea, simbolizando los daños que el nazismo hacía al mundo con sus ideas de dominar al mundo.
Las ilustraciones en acuarela fueron hechas por el autor que había estudiado arquitectura en la Escuela de Bellas Artes en Francia.
La primera edición fue publicada en 1943. Hoy hay más de 1,300 ediciones.
Ha sido traducida a más de 250 idiomas y dialectos, incluyendo el náhuatl, maya y el otomí (en los que se traduce literalmente como el “Pequeño Gran Jefe”).
Siempre aparece en la lista de los libros más vendidos junto con Historia de dos ciudades (1859) de Charles Dickens. Cada obra por separado ha vendido más de 200 millones de ejemplares.
Saint-Exupéry nunca vio publicada su obra en Francia. Desapareció en un vuelo de reconocimiento en 1944, días antes de la liberación de París.
El elemento que más aprecia el principito es su rosa que está inspirada en su esposa Consuelo.
La rosa vive en un planeta rodeado de tres volcanes que simboliza El Salvador, “tierra de los volcanes” y país natal de su esposa.
A través de la metáfora, Saint-Exupéry explica su visión del matrimonio y la fidelidad en el capítulo en el que al visitar la Tierra descubre un rosal inmenso.
Se dice que El Principito es autobiográfico de la infancia del autor pero también existe la versión de que el personaje se inspiró en el hijo del aviador Charles Lindbergh que mantenía largas conversaciones con el autor.
Saint-Exupéry estuvo al lado de su hermano cuando murió de fiebre reumática a los 15 años, hecho que se plasma en el final de El Principito.
Saint-Exupéry vivió en Argentina, en donde fue comisionado para encontrar rutas áreas por el cono sur.
Entre las obras más destacadas que publicó están El Aviador (1926), Vuelo Nocturno (1931), Tierra de Hombres (1939).
Cuando existía el franco en Francia, el rostro del autor apareció un billete conmemorativo de 50 francos junto con El Principito mirando a las estrellas.
Aunque siempre fue un misterio la muerte de Saint-Exupéry, en 1988 se encontró en el mar un brazalete con su nombre y el de su esposa.
Saint-Exupéry se había estrellado varias veces antes de su desaparición. En 1935 su avión cayó en el Desierto del Sahara y fue rescatado junto el mecánico aviador por beduino al cuarto día del percance.
Varios asteroides han sido nombrados en honor al autor y a su obra; el asteroide 2578 Saint-Exupéry, descubierto en 1975; el 46610 Bésixdouze (en español B-seis-doce) descubierto en 1993 en honor al asteroide inventado B-612. En el año 2003, la luna de un asteroide fue nombrada “Petit-Prince”.
Más allá de ser considerado como un libro infantil, hoy El Principito es considerado una obra filosófica sobre la naturaleza humana. El libro más querido de todos los tiempos nos ayuda a reflexionar en cada una de sus metáforas y a imaginarnos en un asteroide solitario en medio del universo buscando a nuestra rosa y conversando con algún piloto -o con el principito- para recordar que todos en algún momento hemos sido niños y así poder volver a casa, a nuestro origen verdadero.